Madrid se ha convertido en un ejemplo para todos los profesionales que se dedican en cuerpo y alma a la mejora continua de la FP en España. Desde la Comunidad de Madrid han conseguido cabrear a los centros públicos y concertados con medidas variopintas que no contentan a nadie. Todo un mérito en los tiempos partidistas que corren, sin grises y con azules y rojos desenmascarillados.
Cualquier docente facilitador del emprendimiento, y que busca que salgamos de esa zona de confort que tanto paraliza a aquellos que suelen hacer lo justito, pondría a los gobernantes educativos madrileños como claro ejemplo de qué hacer con personalidad y falta de criterio para no contentar a nadie pero salir siempre en las redes. Risto Mejide seguro aplaudiría estas medidas y pondría a la consejería de educación madrileña como el paradigma de un marketing agresivo a la par que insensato, donde cabe todo para estar en boca del mundo mundial.
Los de FP tenemos que mirar de frente, y no de reojo, a la gente de la capital del reino. Los vascos de FP se han quedado en un segundo puesto; sin congresos a la vista se acabó la visibilidad de sus traineras. Es la hora de Madrid. A lo mejor, con ese atrevimiento que ya les caracteriza, osan privatizar todos los centros, eliminar conciertos educativos y que los estudiantes se paguen sus estudios con alguna beca o canjeando bonos de metro y utilizando descuentos del Rodilla o Telepizza. La educación pública se paralizaría en la ESO y los profesores de FP que por ahí quedasen que marchen a los centros de adultos (tan considerados en la prensa y por los consejeros de todo color político) o se reinventen en la hostelería con ese fast food que seguro no se les atraganta tanto como un aula sin recursos y repletita de chavalería.
Aquí no hay playa, pero en FP se salen. Gracias de nuevo por ese ejemplo virtuoso que nos dan al profesorado y alumnos de Formación Profesional de todas y cada una del resto de comunidades autónomas. Y eso que no han nombrado una secretaría de FP. Sino, serían la leche.
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